LA IMPORTANCIA DE LOS CRIADORES DE EQUINOS

El deporte ecuestre hoy en día depende, en gran parte, de los criadores de caballos, de las asociaciones de razas específicas y de la compraventa a través de agentes oficiales o particulares. Su mercado es importante y el valor de un caballo está sujeto a la oferta y demanda, según la disciplina y el nivel dentro de ella. El concepto de razas equinas reconocidas, y la agrupación de éstas en asociaciones, son relativamente modernos. Anteriormente, los caballos fueron conocidos por las zonas donde habitaban; por ejemplo, los de Irlanda fueron caballos irlandeses, los del Medio Oriente, caballos árabes, sin importar el genotipo o fenotipo de los animales en cuestión. Incluso, en sus zonas fueron conocidos solamente como un caballo para un cierto trabajo, sin un nombre especial. El cambio vino en el momento en que el caballo comenzó a tener más importancia en el mundo del deporte y menos en el trabajo, su valor cambió junto con la exigencia de mejorar y obtener equinos de más capacidades dentro de su área deportiva. Un buen ejemplo es el Purasangre inglés: desde que comenzó a ser utilizado para la carrera, con todo lo que ésta implica, como las transacciones de grandes cantidades de dinero a través de las apuestas y las compraventas, este caballo comenzó a tener reconocimiento dentro de un registro con estricto control genealógico. Las razas Purasangre y Árabe son razas cerradas. Son mantenidas puras en el sentido de no introducir otras razas en los programas de reproducción y registros dentro de federaciones o asociaciones oficiales. Las otras razas son abiertas a la introducción de otras para mantener o mejorar los estándares y capacidades deportivas. Un ejemplo es la raza Holstein donde están modernizando el fenotipo del caballo a más ligero y compacto que los ejemplares antiguos. Así están produciendo un caballo más apto para las exigencias actuales de agilidad, velocidad y potencia para la competencia, principalmente de salto. Los nombres de las razas modernas de caballos, por lo general, siguen con el nombre de la zona de procedencia, como, por ejemplo, Holstein, Hannover, Oldenburg, Lusitano, Andaluz, PRE (Pura Raza Español) y Normando, entre otros. Luego, algunas razas obtienen sus nombres por su actividad especial, como por ejemplo el caballo Cuarto de Milla y el Tennessee Walking Horse, ambos de Estados Unidos, y el Paso Fino de Puerto Rico; o por el color de su pelo, como Palomino o Pinto. También, hay razas que son nombradas por asociación con grupos étnicos históricos, como el caso de la raza mexicana Azteca, un caballo logrado con base en una mezcla de Andaluz con Criollo Mexicano o por la persona que desarrolló la raza, como el caballo Morgan de Estados Unidos o el Budenny de Rusia. El deporte relacionado al caballo va en aumento y, consecuentemente, la demanda de criadores especializados en razas específicas. El mercado del caballo es fuerte y es un importante ingreso económico tanto para el granjero de producción familiar como para los grandes criaderos tipo empresas. Junto con este aumento, crecen también las necesidades del jinete y el entrenador de servicios de personas que forman el equipo, veterinarios, caballerangos, técnicos en nutrición, talabarteros, herreros, todos necesarios para que la actividad de competencia funcione respecto al caballo. Eso también crea una fuente de trabajo importante. El jinete tiene una serie de necesidades especiales según la disciplina en que compite. Equipo especial de montar, ropa, botas, casco o sombrero, entre otras cosas. Todo ello es vendido en tiendas especializadas en productos dedicados al deporte equino. Los grandes productores de mercancía enfocada al deporte equino en principio están en países europeos, como España, Francia, Alemania y Gran Bretaña, y en Estados Unidos y Argentina, en el continente americano. Estos países exportan sus productos al resto del mundo. En México existen excelentes talabarteros que fabrican gran variedad de equipo para la monta charra. También están en aumento los países donde se maquila el trabajo, como la India, Rumania y China, entre otros. Entre los criadores, agentes de compraventa, entrenadores, asociaciones, clubes y establecimientos de venta de productos dedicados al deporte equino, existe un mercado competitivo y fuerte en el mundo occidental. El deporte y el caballo se han convertido en un factor económico considerable.

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