Los juegos hípicos, o deportes ecuestres de ahora, de carreras y cacerías reales, comenzaron desde tiempos muy tempranos en la historia del caballo domesticado. En la Ilíada hay referencia a los juegos de carreras de carros jalados por caballos en la época de la guerra de Troya en el siglo XIII a.C. Otro ejemplo es la introducción de carreras de carros con cuatro caballos, cuadrigas, en la 23 Olimpiada, en el año 684 a. C. Los bellísimos relieves que se encuentran en el Museo Británico, señalan escenas de la cacería real de leones, en carros jalados por caballos en Asiria durante el siglo IX a. C. Fueron notables las representaciones ostentosas de los monarcas participando en las cacerías reales, en el Cercano Oriente, Grecia y China
(Budiansky, 1997: 72-73).
Pero el cambio hacia el uso generalizado del caballo con fines deportivos como principal actividad, vino en los tiempos modernos. Con las innovaciones tecnológicas, el caballo poco a poco fue menos necesario para el transporte, carga y tiro, principalmente en los países desarrollados, por la introducción del automóvil, camión de carga y el tractor para trabajar la tierra. Pero, entre personas con una herencia cultural fuertemente ligada al caballo, no se acabó su función, siguió dentro del mundo del deporte. Incluso, muchas de las disciplinas hípicas consideradas como deportes ahora, son modificaciones y transformaciones de las tareas comunes del trabajo empeñado anteriormente. Ejemplos notorios de eso son el rodeo en Estados Unidos y la charreada y jaripeo en México, deportes que ahora representan el trabajo con ganado equino y bovino en los ranchos. La monta española con los caballos Andaluces, o lo que hoy en día es registrado como caballo PRE (Pura Raza Español), señala la habilidad para el manejo de ganado bovino y, en especial, ganado bravo. El deporte con esta raza de caballos ahora es básicamente competir en eventos donde muestran sus aptitudes; pasos especiales y propios de la raza, su conformación y su aspecto estético. Su monta implica métodos básicos de una disciplina de máxima dominación del caballo, la Doma Española. Las ganaderías o yeguadas como dicen, son de mucha importancia con esta raza, y parte de la actividad es demostrar la calidad de los sementales, yeguas y crías. Otros aspectos del deporte comenzaron desde épocas más tempranas. El torneo o justa en Europa medieval, que se llevaba a cabo con caballos de guerra con armadura, es buen ejemplo de ello. En este caso, el deporte del torneo fue solamente para los caballeros nobles de entonces. Otro ejemplo es el polo, que se originó en Pakistán, un deporte de equipos que al mismo tiempo servía para mantener las habilidades, del jinete y del caballo, necesarias para lograr otras actividades esenciales en aquellas regiones. También desde tiempos tempranos existía la cacería a caballo como deporte, pero limitada a la elite. Eso contrastaba con la que hacía la gente común del campo que cazaba, pero por necesidad de procurar alimento. El polo y la cacería continúan en la actualidad. Algunos deportes como las justas de los caballeros europeos, fueron desapareciendo con los avances tecnológicos de las armas de guerra y la preferencia hacia el caballo más ligero y ágil. Ya no fueron necesarios aquellos animales enormes y pesados para aguantar el peso de 200 kilos o más de armadura y el jinete (MacGregor-Morris, 1979: 25).
Ahora existen disciplinas ecuestres muy sofisticadas, como el salto, el adiestramiento y el concurso completo –salto, adiestramiento y campo traviesa hechos por el mismo caballo y jinete–. En estos casos se necesitan caballos excepcionales, superdotados. En cambio, existen deportes con mucho arraigo en el campo, como la charreada en México, donde el caballo Criollo local puede resultar excelente, aunque ahora es común utilizar caballos de raza Cuarto de Milla para esta disciplina. Igual ocurre en las poblaciones rurales de México, especialmente en el occidente, con las carreras llamadas parejeras, hechas en un carril recto y plano donde corren dos caballos. También en este caso, el caballo Criollo, Cuarto de Milla y el caballo cruzado de Purasangre y Cuarto de Milla son los más comunes. Estos deportes están ligados al trabajo de rancho y a la vida rural. En las carreras existe una fuerte transferencia de dinero como propósito final de la actividad.
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